sábado, 5 de febrero de 2011

De la calle a la colonia y de la colonia a su nuevo hogar :)

Ésta era Sol cuando vivía en la calle, ella sobrevivía lo mejor que podía junto a las vías de un tren, en un montículo de tierra que estaba ubicado entre una calle y las vías, perseguía a las personas que pasaban en busca un poco de cariño, a cambio más de una vez recibió patadas por ésto. Ella, como muchos otros gatitos, fue abandonada y dependía de una persona que le daba de comer cada día por la mañana y por la noche llueva ó haga sol. Había tenido crías en la calle y las perdió a todas porque nunca supo manejarse en éste entorno tan hostil. La creencia de que un gato sobrevive en la calle y que sabe valerse por sí mismo es totalmente falsa, la expectativa de vida de un gato callejero es de como mucho 5 años.

Sol, antes:




En la colonia la recibimos, la cuidamos, esterilizamos, vacunamos y alimentamos, hasta que Sol conoció a la persona que cambió su vida para siempre: su adoptante. La persona que adoptó a Sol (que ya no se llama Sol, sino Dorita) eligió adoptar un gato adulto, y no se arrepintió de ello, conviven muy bien y tranquilos junto a su gatita, y así el destino de ésta pequeña cambió para bien y para siempre.

Gracias a una cadena de buenas acciones, su destino hoy es jugar, comer, dormir y hacer de tigre en su salón :)

Dora, hoy:

3 comentarios:

  1. Está preciosa Dorita. Verlos asi anima a seguir adelante con lo que hacemos. Un saludo.

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  2. Si es que éstos casos que salen bien son los que ayudan a salir adelante... :)

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